En fin, al turrón. En Buick 8, subtítulo Un coche perverso, título original (y mejor) From a Buick 8, un coche (un Buick 8), tras quedar abandonado en una gasolinera de Pensilvania, es llevado a la comisaría de los rangers, quienes lo dejan en un cobertizo. Hasta ahí todo casi normal, pero pronto se hace evidente que algo llama desde ese coche que no es un coche, y extraños fenómenos comienzan a sucederse en la comisaría. Radios estropeadas, eventos fantásticos, muertes. Etcétera. Años más tarde, el hijo de uno de los policías involucrados en la historia, ya fallecido, exige escucharla. Y aquí arranca todo.
Esta novela se estructura en dos tiempos, el ahora, en 2001 (por increíble que parezca el libro es de 2002, aunque grite ¡son los ochenta, tronco! por todas sus páginas), cuando los policías cuentan la historia, por turnos y según la importancia que tuviesen en cada episodio; y el pasado, desde el descubrimiento del coche en adelante. Esto es más viejo que el hilo negro, pero siempre funciona, y aquí es el caso, tiene un compás bastante bueno y una alternancia chula entre presente y pasado, a veces un capítulo tiene solo media página, otro termina sin punto final porque la frase del presente se pierde... En este sentido me resultó también interesante una de las narraciones del pasado que no cuenta lo ocurrido, sino lo que en una cámara se documentó de lo ocurrido. Así, se crea una especie de myse en abyme, donde la narración del testigo se convierte en una narración distinta, con menor precisión en, por ejemplo, quién dijo qué; o a veces la cámara gira, pierde la perspectiva adecuada y nos quedamos sin saber algo. Es una cosita pequeña, pero muy estimulante.
Respecto al estilo, como es habitual en King, pues ni bien ni mal. Mucha precisión en las descripciones de lo fantástico (luego voy con ello), unos diálogos algo alambicados y artificiosos que en la (pésima) traducción al español suenan como el doblaje malo de una peli de los ochenta pero muy buen pulso en general para narrar con meticulosidad las escenas más inquietantes del libro. Diría que "bien", seguro que mejor en el original, y que le pasa lo de siempre que es que temáticamente se ven mucho las costuras, un poco sobreexplicativo en los temas que quiere tocar, para que todo el mundo aprenda algo, no vaya a ser que el lector salga de aquí sin entender que esto va de la pérdida, la nostalgia, la obsesión, etcétera. Se resalta todo tanto que no queda nada por decir después. En ese sentido supongo que se asemejará más a los libros de los últimos años porque yo creo que antes era algo más sutil, pero me quedo con la parte del terror, que siempre la borda y que es mucho más divertida y gozosa de leer que todo lo demás.
Estaba sin moverse, como muerto... sin moverse, como muerto... y de repente se iluminó la cabina con un rojo violeta muy subido de bombilla. El volante desmesurado y el retrovisor destacaban con total claridad, como destacan los objetos en el horizonte durante una descarga de artillería. A pesar de que Ned seguía el consejo de cerrar un poco los ojos, contuvo un grito y se protegió la cara con una mano.
Respecto a esta aparición de lo fantástico, a mí me ha ganado. Esto va de un coche que dejan tirado en una gasolinera y que los policías tardan media milésima de segundo en darse cuenta de que no es un coche porque hay algo inusual en él (el volante es muy grande, los controles no van, el motor está mal). De ahí para delante comienza un espectáculo de luces (literalmente) y comienzan una serie de eventos que no me entretengo en narraros porque para eso está el libro. Pero si os gusta King y os gusta su imaginario más conectado con lo fantástico (pienso también en el Eso de It), pienso que os resultará muy estimulante esta figura-coche, cómo opera y las ideas que se presentan en el libro. Debo decir que es todo más sugerente que otra cosa, podría decirse que no pasa mucho, pero eso es parte del encanto; que no pasen muchas cosas, o no sean muy duraderas o sean menos terribles de lo que podrían ser deja mucho espacio a la imaginación, mucho silencio, mucho campo libre a la obsesión. Además, siempre es un placer ver que King recupera uno de sus temas clásicos: los coches son malos.
Mencionar también que tiene uno de los finales más tramposos que he leído o que recuerde; es cierto que no leo best-sellers ni literatura de este corte más masivo, pero me recordó a esto que hacen en las series de matar (o no) a alguien en un final de capítulo para que sigas viéndola (tampoco veo series y esa es una de las razones: no me manipules, crack). Lo entiendo como un intento de añadirle dramatismo a la historia del presente para que tenga más carga narrativa pero no funciona en absoluto. Menos mal que es solo "hacia" el final y no "al" final y luego se me olvidó para poder decir "está guapo el libro".
En conclusión: puede que sea café para los muy cafeteros, pero tiene el suficiente empaque y gracia, tanto en la estructura como en su parte más terrorífica, como para funcionar bastante bien. Es, supongo, el típico libro de King, más allá de sus grandes y archiconocidos títulos, pero si estás buscando un entretenimiento fino de susto, da bastante el pego. A mí me sacó tres buenas tardes agradables, que para ser un libro de Plaza y Janés...
Nota a la edición: terrorífica, horrible, del material del que están hechas las pesadillas. La traducción es pésima, se carga toda naturalidad, especialmente en los diálogos. Si alguien sabe lo que es "una puta merienda de negros" (sic), que me lo diga. Y además tenemos la que ha de ser la peor corrección de la historia. Estamos hablando de fallos nivel nombres equivocados de personajes (Sandy le dijo a Sandy...). Ningún respeto al lector, por supuesto. ¡A Dios pongo por testigo que jamás volveré a leer una novela de King en castellano...!